Amasando Barro
Estas expresiones me llamaron la atención porque no es muy común observar hoy en dÃa muchos ejemplos como estos. Esto porque, en primer lugar, ya no hay tantas calles de tierra como en el pasado y, en segundo lugar, parece no haber la misma disposición en buena parte de los padres.
Lo que he oÃdo es que las familias no pueden ir a la iglesia porque el bebé es muy pequeño y no tiene el sistema inmunológico desarrollado. Cuando crecen un poco más y tienen anticuerpos suficientes, no pueden ir a la EBD porque tienen hambre antes del almuerzo y ni al culto de la noche, ya que, después de cenar, tienen sueño. Cuando son niños desarrollados, sus actividades y paseos no pueden ser desperdiciados en función de los cultos, ya que "el tiempo vuela" y ellos crecen rápido. En la adolescencia y juventud, la mayorÃa ni siquiera se interesa en Jesús o en la Biblia y los padres lamentan el hecho de la Iglesia no tener más programaciones que los atraigan.
En lugar de ese montón de excusas, las Escrituras enseñan que los padres deben instruir a sus hijos en los caminos del Señor (Dt 6.6,7; Prov 22.6; Ef 6.4), enseñarles respeto y obediencia (Ef 6.1-3), llevarlos a participar de los cultos públicos (2Cr 20.13; Neh 12.43) y corregir sus errores (Hb 12.9).
Los hijos son como vasos de barro que necesitan ser modelados correctamente. No cumplir con esas responsabilidades hace con que un futuro indeseado sea inminente y que nuevas excusas sean inventadas a cada etapa de la vida de los hijos. ¿Hasta cuándo esto ocurrirá? ¿Hasta que el barro no pueda más ser amasado? ¡Piense seriamente en esto!
Pr. Thomas Tronco